18 octubre 2013

Basil Hood. Pirata y Cuatrero.

Uno de los botines más extraños de la Edad Dorada de la Piratería corrió a cargo del desconocido capitán Basil Hood, quien en el año 1713 tuvo la "brillante" idea de desembarcar para robar un rebaño de vacas.
El plan fue calamitoso ya desde un comienzo, pues las vacas ofrecieron resistencia a los desconocidos piratas y éstos desde luego no tenían madera de granjeros. Sangre sudor y lágrimas les costó embarcar a toda la vacada, pero no terminaron ahí sus problemas. Como es natural, las cautivas no estaban acostumbradas al bamboleo ni a los hedores de la bodega, de modo que empezaron a marearse. Dos días más tarde, en alta mar, el barco pirata apestaba a vómito de vaca y cucho. Los marineros se volvían locos aspirando cada día el peor olor que jamás hubieran tenido la desgracia de padecer. Tal era la peste, que se cree que sirvió de pista a la fragata inglesa que finalmente los acorraló.
El destino de Hood y sus hombres parecía estar escrito, pero paradójicamente fue el nauseabundo olor de las vacas enfermas lo que les salvó la vida, pues una vez el capitán inglés pisó la cubierta del pirata sintió tal repugnancia que decidió dejar libres a Hood y a su barco de apestados y alejarse de ese estercolero flotante a toda vela. Según cuentan, los piratas consiguieron llegar a puerto y vender su cargamento, por el que consiguieron una modesta suma. Desgraciadamente para Hood, uno no se convierte en un pirata de éxito robando vacas.

1 comentario:

  1. Ja ja ja ja...!!! Que historia tan buena y ridícula...!!! Lo peor de todo es que fue real...!!!!

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